Paseo con de todo un poquito...
Ayer domingo fuí invitado a almorzar a las afueras de la ciudad por mis familiares, me recomendaron que estuviera en el punto de encuentro al norte de la ciudad a eso de las 12 m del día, estuve como siempre muy puntual en el sitio de partida, esperamos algo así como unos 15 minutos para definir la ruta. Luego de esto nos dispusimos a salir de la ciudad, llegamos al peaje y procedimos a salir en nuestra travesía. Un grupo dijo que la carretera era por Chía y se desviaba a la derecha, otro grupo que era por Zipaquirá y se desviaba a la izquierda y los más osados que era el grupo en el que yo estaba dijeron que era derecho por Briceño y que el olor a la fritanga nos llevaba. Pues así fue y nos encaminamos montañas adentro derecho por Briceño, a medio camino ya llegadas las 2 pm muertos de hambre porque la idea era almorzar en el consabido pueblo de Cucunubá, por fín alguién del grupo dijo con seguridad: estamos perdidos!!! Las mujeres dijeron muchas cosas unas acertadas y otras no tanto, los hombres por el contrario procedimos como es un uso, callar y dejar que el sexo opuesto hablara. Unas dijeron que la pérdida era culpa de la caravana del costeño otros exclamaron que era culpa de la organizadora que venía en el carro guía, en fín como es costumbre unos y otros fueron culpables, pero lo que no sabían o no intuían era que la pérdida del mapa se originó desde la salida de la capital.
Decidí cortar por lo sano y parar un floto (conductor de flota), porque me dije si un tipo de estos no sabe la ruta no la sabe nadie. El floto me dijo están al otro extremo de Cucunuba, lo único que les recomiendo es que entren por Suesca y luego se desvíen por La Playa y por una carretera destapada llegan al municipio. Yo entendí Suesca y mi hermana Vicky Sesquilé, el caso es que en donde manda capitán no manda marinero resultamos en Sesquile y como era obvio por ahí no era, es más casi que no podemos salir del pueblo porque todo el mundo ibamos tan contentos por encontrar el destino que nos habíamos trazado que nadie se percató de por donde era la entrada de Sesquilé y mucho menos la salida. En conclusión nos perdimos en Sesquilé. Luego un grupo de alcohólicos nos dijo que Cucunubá era por Suesca atravesando una montaña y que nos demorábamos entre media y una hora. A alguién del grupo se le ocurrió la brillante idea de parar a almorzar por si en Cucunuba no había almuerzo a la hora de llegada y eso hicimos, paramos en el Hotel La Esperanza a media hora de Suesca en camino a Cucunuba. Lo único que había a parte de higado encebollado era ajiáco, entonces la mayoría pedimos ajiaco, unos cuantos lengua en salsa otros sobrebarriga, etc. Horas más tarde nos encaminamos por votación a Cucunuba, digo por votación porque una minoría dijo que nada de nada de ir por ahí en carreteras solas a terminarnos de perder. El caso es que llegamos a Suesca, luego un desvió de media hora en carretera destapada y nos topamos con el dichoso pueblo que estaba en ferias y fiestas, repleto de gente, conocimos Cucunuba, hicimos un recorrido, el costeño como por variar pregunto por fincas, viviendas, casas medio caídas y quedó como por variar de pisar un negocio y según su muje... una Posada para albergar visitantes perdidos o no procedentes de diferentes sitios del país. Allí había una misa campal, el señor Obispo muy disciplinado recogió a los habitantes y confirmó a medio pueblo, en cuanto a nosotros, algunos se bebieron el pueblo, otros comimos dulces y café con mocazzino, salimos pitados para Bogotá por la carretera a Ubaté que es el camino directo no por el lado donde nosotros nos metimos. Para recrear la odisea se adjunta un mapa para saber con certeza porque lado se va desde Bogotá y sus alrededores a Cucunubá.