martes, 18 de agosto de 2009

Cuando los amigos se van

Cuando los amigos se van

Es triste ver cuando los amigos se van, digo se van porque salen de nuestras vidas sin avisar o a veces avisan pero cuando uno se entera ya es demasiado tarde.

Me hubiese gustado mucho estar cerca de algunos cuando partieron pero desafortunadamente no pude estar ni siquiera con mis pensamientos, me hubiese gustado estar en sus vidas por así decirlo para compartir por lo menos los últimos momentos de sus vidas y poder llenar los espacios de sus vidas con mi alegría y mi jovialidad, pero desafortunadamente no pude, no pude cumplir incluso el último de sus deseos de estar al lado de ellos siempre he sido un amigo incondicional, un amigo en las buenas y en las no tan buenas y que valora las cosas que la vida nos ofrece. Cuando los amigos se van se va una parte de mi, no se si me siento solo porque me dejaron o me siento solo porque no me fui con ellos, pero los amigos que se han ido sin avisar me hacen falta y quisiera de pronto estar con ellos, en estos momentos.


Los amigos se van y se van con los recuerdos del ayer, se van los secretos bien guardados a veces, se van las tristezas y las amarguras, se van las alegrías y las penas, al fín de al cabo se va una parte de la vida de uno porque es más fácil perder un amigo que perder la vida misma.


Cuando los amigos se van sin avisar uno siente que se van los secretos que uno les confió, esos secretos que depósito en ellos sin vacilar, esos secretos que hicieron parte del pasado o del presente, esos secretos que afortunadamente a hoy se los llevó el viento, que hoy están convertidos en cenizas. Se van los amigos y se va la vida misma.

1 comentario:

Graciela María dijo...

Excelente planteo, amigo Carlos... Pero a veces pienso que sería bueno distinguir cuando la vida nos arrebata a un amigo, de cuando él se aleja en forma involuntaria o no tanto...
De todos modos es cierto, que el vacío es el mismo, también el desconcierto; porque en definitiva no aceptamos las pérdidas...
Será bueno que vayamos en crecimiento sabiéndolas aceptar con gracia y saber conformarnos con ese perfume de lo compartido, al perder un amigo...