domingo, 30 de enero de 2011

Salsa a la lata


Hoy, último domingo de enero estoy nuevamente en mi deleite de los fines de semana, me encontraba en el auditorio de la Biblioteca Virgilio Barco de la ciudad de Bogotá viendo un espectáculo de salsa como si estuviera en Cali en los viejos tiempos, en la sala de mi casa, escuchando y bailando salsa. Me descresto es la verdad, ver mujeres grandes y pequeñas, hombres y niños bailando salsa a lo Bogotá, mentiría si dijera que los caleños bailamos mejor, lo que nos diferencia es que el ritmo lo llevamos en la sangre, como que uno desayuna, almuerza y come salsa todo el día y cuando va a una reunión familiar, a una discoteca o a un parque, se le sale el sabor por los poros.

El espectáculo se llama "Mágicamente Salsa", que es una mezcla parejas jóvenes en escena bailando ritmos de salsa, mambo, pachanga y bogaloo.

En toda la exhibición hubo dos personajes que me recordaron mis años de bailador, el primero un muchacho como de 12 años, con más movimiento que muchos pelaos de su edad, mucho ritmo, mucho movimiento, descresta porque él combina pasos de rock, regueton y salsa y el resultado es un número de calidad. Luego en el grupo de niñas que no sobrepasan los 13 años, me sorprendió una en especial que puede tener 9 o 10 años, pero que se mueve como los dioses. Tanto ella como el muchacho hacen en la parte media del espectáculo un número que no tendría como expresarlo con palabras, esto hay que verlo para poder admirarlo.

Entre las parejas mayores que no creo que sobrepasen los 25 años, hay parejas que según sus directores han ganado premios internacionales y eso se aplaude.

He visto muchos espectáculos de salsa tanto acá en Bogotá como en Cali, he participado en eventos donde he sido el centro de atracción y lo que ví el día de hoy me hizo recordar mis buenos tiempos y a la mujer (Liliana) con la cuál hice en repetidas veces la caída de la hoja en Agapito (Juanchito - Valle del Cauca). Ahhh tiempos aquellos!!!

Algo que faltó en el espectáculo es que no ví mujeres ni hombres de raza negra, la raza de mi tierra, a este tipo de presentaciones para que sea completo hay que colocarle sabor y que mejor ingrediente que gente negra. Porqué? Porque las negras tienen un ritmo especial, ellas no necesitan aprender a bailar, ellas lo llevan en la sangre, muestran toda su calentura en el baile y eso al hombre le encanta, le fascina.

domingo, 23 de enero de 2011

Voces y Cuerdas


El domingo 23 de Enero pasado en las horas de la tarde me dí un banquete de buena música con el grupo Voces y Cuerdas, un grupo creado en el año 2002, en donde prima ante todo la edad, hombres y mujeres pasados de los 60 años interpretando instrumentos de cuerdas y percusión. Doce voces de todos los matices, cuatro guitarras, dos bandolas, un cuatro, un bajo y un requinto hicieron de la tarde soleada y completamente azul una serenata entre carranga, vallenato, pasillo y bambuco.

La música de evocación nos recuerda aquellos días del ayer, las danzas de fiestas campesinas. Un repertorio con el que el el conjunto engalana la presentación y en su presentación nos enseña la historia de la carranga de Jorge Veloza inspirada en vallenatos de maestros como Escalona y Bobea y sus vallenatos. Luego en conjunto una mezcla de los dos géneros y el público aplaude y pide repetición.

En fin, una tarde más, pero con un ingrediente musical.

viernes, 21 de enero de 2011

Año nuevo, vida nueva

Un año nuevo que comienza, con muchas espectativas y probablemente con casa nueva. Lo aburridor de volver a conseguir casa nueva es el trasteo, cosas del pasado que solo ve uno en los trasteos, que nunca ni si quiera le pasa por la mente en el resto del año mirar. Mirar los recuerdos del pasado, viejos anhelos que traen a la memoria nuevos recuerdos, ropa que uno se puso en el año si acaso dos veces, la tarjeta de cumpleaños que uno nunca leyó, el perfume que le regalo la aquella y que uno se ponía cuando salía con ella, no con la otra, sino con la del regalo, en fín cosas que van y vienen todos los años que uno se va para otro lado y decide un día empacarlas y darles otro destino, en otro closet, en una cómoda, en otra casa. Es también tedioso pero no menos importante el tener que conocer personas que uno va a ver si acaso dos veces en todo el año. A mí me ha pasado en los sitios donde he vivido, por ejemplo, en la primera casa donde viví me conocí con todos y con dos de ellos aún conservo una amistad, o por lo menos así se le dice ahora, amigos de la pensión. En la segunda casa me conocí con la mitad de la gente, éramos 12 personas de las cuales 8 eran mujeres y yo solo ví 5 personas en todo el año en que viví en esa casa, afortunadamente conservo una amistad de esasa amistades como de toda la vida, un gran amigo y compañero, que a propósito me vi en diciembre pasado con él y nos tomamos un par de polas. En la casa actual vivo con 6 personas más y a parte de los dueños de casa que son cuatro, a los otros solo los he  visto una sola vez, pero como si no los hubiese visto nunca, porque no hablan, no saludan en la mañana, no se despiden en la tarde, mejor dicho, unos totales desconocidos. Ahora vuelve y juega, conocer la casera y sus habitantes es otra historia de otra época.

viernes, 7 de enero de 2011

La Florida y Luruaco

Cuando yo era estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad Autónoma de Bogotá tenía la costumbre con alguna regularidad de hacer dos cosas que me encantaban en ese tiempo y que cuando pasaba por Bogotá las repetía, ahora que vivo desde hace siete años, lo hago con cierta regularidad y es ir al centro de la ciudad más exactamente en la calle 18 arribita de la séptima queda aún Luruaco que es una cafetería en donde venden las mejores arepas de huevo de la ciudad, uno con 3 mil pesos se come una arepa de huevo muy bien preparada y la acompaña con una cocacola chiquita, eso es el principio, como son tan deliciosas, yo me como por bajito unas tres e igualmente me tomo 3 cocacolas chiquitas. Luego pasa uno la av. 19 y cuadra y media por la av. séptima se llega a la Florida que es una cafetería con una antiguedad de más de 50 años, donde te venden dos tipos de chocolate: el santafereño que lo acompañan con almojábana y queso y el chocolate normal que va acompañado de una porción de mantequilla, una porción de queso y lo mejor en esos tiempos (estoy hablando de hace más de 30 años) era que el chocolate era hirviendo y uno derretía el queso dentro de él.

Hoy quise hacer las dos cosas: Luruaco está en vacaciones y abre sus puertas el 17 de enero de 2011, como quien dice tocó que ir al Quipe en la calle 67 cra 10 donde también te venden una buena arepa de huevo con gaseosa chiquita.

También estuve en la Florida pero me decepcionó esta vez, porque el chocolate me lo sirvieron casi frío (no como hace 30 años que uno no le podía meter la lengua porque era quemada segura), el pan más bien viejito y eso que se lo hice cambiar, lo único que se salvó fué el queso (me sirvieron dos porciones de buen tamaño) y la mantequilla. Ahhh... se me olvidaba están cobrando propina voluntaria, le dije a la cajera, esta vez no te doy la propina porque el servicio no fue el mejor, le comente que tengo la costumbre de degustar el producto desde hace mucho tiempo, pero que esta vez me defraudó.

lunes, 3 de enero de 2011

Gracias Taty y Juan por la invitación

Cuando mi hermana me dijo que la familia de la Taty era muy chévere se quedó cortica con la apreciación, no es muy chévere sino super chévere. Sus padres, hermana y hermano de mucho alegría, nos divertimos bastante, sus primas y primos muy divertidos y mamadores de gallo, así como me gusta a mí la cosa, no esas reuniones sosas donde no se puede hablar ni hacer comentarios porque de pronto alguien se choca, acá no pasó eso, todos muy divertidos, nos dimos todos el abrazo de fin de año, aunque yo era el niño diferente desde un principio me hicieron sentir bien a tal punto que nadie me llamó por mi nombre sino que de entrada me bautizaron como tío, cosa que me agradó por el grado de confianza que la gente depositó en mi.

Muy bien atendido por Taty y Juanky en su hogar, en donde se siente el cariño y el calor de familia. Para los dos: muchas, pero muchas, pero muchas gracias por la invitación del 31 de Diciembre y los primeros días del año, donde nos divertimos como enanos, nos tomamos unos traguitos, comimos paella (repeti) y para rematar un dulce delicioso.

Para el 1o de enero Alejandra y Eduardo nos invitaron a pasar un rato agradable en su apartamento, Alejandra y su mamá prepararon un sancocho muy huilense, delicioso por cierto, allí conocí a los padres de Eduardo y luego en la noche Taty y Juanky invitaron a toda la familia a un fondue de queso y de chocolate que me perdí porque amanecí un poco indispuesto. Pero me divertí mucho con las ocurrencias y los cuentos de Iván, el padre de Taty .

Para rematar el día domingo 2 de enero, Taty nos sorprendió con un desayuno de tamal huilense acompañado con milo. Luego a la hora del almuerzo, aunque también estaba invitado (La Mazorca en La Calera), pero quería llegar a mi lugar de residencia.