El pasado domingo estuve en el auditorio de la Biblioteca Virglio Barco de la ciudad de Bogotá viendo danza contemporánea, el grupo Danza Meditación en Vuelo, Mujer de Viento OM-TRI, pero tengo unas impresiones al respecto y quiero comentarlas este día.
Da pena ajena ver como coterráneos se retiran de un escenario cuando están presentando una danza contemporánea que en otros lugares e incluso en otros países la gente paga y no cualquier dinero por ver un espectáculo de tal naturaleza. Rico en cultura y los bailadores muy conocedores de la idiocincracia del país. Digo que da pena ajena porque a parte de que el espectáculo era gratis (en algunos escenarios de la ciudad de Bogotá, los fines de semana presentan arte: música, danza, teatro sin costo) la gente no ha aprendido de que una cosa es el la danza y otra muy diferente el baile. En la danza siempre lo he creído y además porque en mis épocas de universitario pertenecí al grupo de danzas de la universidad, pero en ese entonces se bailaba cumbia, mapalé, porro y danzón; en cambio en la danza contemporánea se pueden bailar expresiones de nuestros antepasados que desafortunadamente la gente por desconocimiento o por ser montañeros (es una expresión de una región colombiana para denominar el desconocimiento de un arte, cualquiera que sea la expresión) no entienden y lo demuestran abandonando la sala, el recinto o el sitio donde se esté presentando. Igual sucedió hoy, una de las danzantes representó un baile autóctono de los aborígenes de mi país, obviamente los movimientos y las expresiones son extrañas pero eso la gente no lo entiende, creen que no sabe bailar o creen que está loca o cualquier barrabasada, en cambio las personas que nos quedamos en el auditorio entendimos por medio de actitudes corporales primero de la mujer y luego de un hombre que realmente era la forma de intimar nuestros indígenas en su día a día. Como es un sitio de arte, normalmente viene una especie de foro al cual tanto el director de la obra como los intérpretes de la música y los danzantes explican de que se trata el montaje, cuando miré hacia atrás del escenario conmigo habíamos creo que unas (50) cincuenta personas, creo que ellos (los artistas) también lo notaron, pero gracias a su concentración y a las ganas que le pusieron al espectáculo pues ni bolas le pararon. En fin soy afortunadamente de estar en el lugar que es a la hora que es y en el momento que es.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario