lunes, 11 de febrero de 2013

Niñas malas que son las buenas

Estas frase de cajón es una realidad pero aunque no lo crea, no me toca, porque en 54 años que me acompañan nunca he estado ni con una prostituta en serio, ni en su hogar natural, ' un prostíbulo', cuando salió este artículo en ViveIn lo leí porque para mí el tema aunque siempre ha sido esquivo, gracias a que en mi vida he tenido otras opciones afortunadamente. 


Lo leí por curiosidad, lo leí porque en cierta forma eso que para mí siempre ha sido una especie de mito, para algunos amigos es la forma de divertirse con una mujer, incluso he conversado con amigos que dicen que les es más fácil hablar con una prostituta que con una mujer 'decente' en un bar.


Porque en los bares de la ciudad hay mujeres que aunque no son prostitutas abiertamente, terminan dándolo gratis aunque al final te cobren de alguna forma. Digo que en mi vida no ha existido la urgencia de estar con una prostituta porque no me nace, no es mi forma de ser, no me lo enseñaron en mi casa, aunque lo digo abiertamente, la primera relación la tuve con una prostituta pero la busqué en un burdel, porque a decir verdad, esos sitios me parecen grises, como oscuros, como llenos de hipocrecía, donde va gente a refugiarse y a calmar las penas y los amores.


Digamos que me moriré sin ir a un prostíbulo a buscar a una mujer para tener un momento de placer fingido ni de sexo por dinero. Y mucho menos viendo estos precios tan altos.

 

Mejor dicho ahora los que no salen de un prostíbulo, no solo tienen que trabajar para pagar los altos costos de los intereses que produce una tarjeta de crédito sino que tienen que sacar para la rumba y para la moza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pOR FIN LEO A UN HOMBRE DECIR QUE NO LE GUSTAN LOS PROTÍBULOS.
YO,ME DIVORCIÉ PORQUE MI EX, LE GUSTABA MAS UNA PUTA QUE A UN TONTO UN LAPIZ, HASTA AHORA PENSABA QUE LO TENIAN DE OTRA FORMA JAJAJAJAJAJAJAJJA