miércoles, 12 de diciembre de 2012

Palco No. 3

El fin de semana pasado volví al circo y sentí nuevamente lo mismo que sentí la primera vez que fui a un espectáculo donde animales y humanos divierten al público asistente. Esta vez fui con dos damas, una hermana y la amiga de siempre de mi madre. Nuestra ubicación: Palco No. 3, mejor dicho de caché, tan cerca que uno alcanza a tocar a los animales y en donde se vé mejor el espectáculo.

Al circo de los Hermanos Gasca ya me le conozco el programa, siempre empieza con los tigres blancos de la india en donde Raúl Gasca demuestra lo buen artista que es. El programa no ha cambiado: el tigre que no se quiere ir o que se hace el rogado y que lo amenazan con la suegra y éste llamado Juan que apenas oye la amenaza sale despavorido, hay risas y aplausos en el público.  El tigre que se para en dos patas agarrado de un tubo y otro animal que le pasa por encima. Luego viene el número de los payasos, esta vez unos chilenos, me falto el payaso Pedro-Pedro. Pero en medio de todo estuvieron bien, nos divirtieron a todos por igual.

Luego se presentó un número nuevo un tipo que se subía cada vez más alto a una escalera y con mucho tino se doblaba de espaldas y se soltaba en caída libre. Ese número las mujeres que me acompañaban no lo vieron porque era impresionante ver como ese tipo lo hacía tan real que pareciera inicialmente como si se fuera a desnucar.

Luego el número infaltable de los caballos percherones y de los hermanos Gasca haciendo malavares encima de ellos con gran acierto. Siguiendo con el programa salieron los caballos enanos, que no son ponys son más chiquitos y esta vez descubrían pañuelos de colores.

Luego otro número nuevo que también me tramó fue el de unos muchachos pintados de dorado con una fuerza en las manos impresionante, a tal punto que se doblaban unos a otros y a punta de pulso se alzaban. La verdad es la primera vez que veo una persona con el brazo doblado haciendo fuerza y de repeso alzando a otra persona. Este número me gustó cantidades.

Todos los números casi siempre los mismos de anteriores presentaciones, un payaso disfrazado de borracho y fue gracioso. Los motociclistas también se presentaron pero me faltó el complemento de una persona dentro de la esfera (en mi posición me hubiese ofrecido para estar dentro de la esfera) y las motos a su alrededor. Al final un número de trapecistas y la primera mujer en dos horas de espectáculo. Mejor dicho hubo en el espectáculo dos mujeres: al principio una tigresa llamada Africa y al final la prima Gasca en el trapecio, un solo salto, era la que sostenía el trapecio.

Pero que he de concluír: que el circo de los Hermanos Gasca se volvió machista, solo antenas. Eso me faltó, además porque tengo en mi poder unos videos del circo Tihany, el primer circo al que mis padres me llevaron cuando era solo un niño y me encantó, este circo no tiene animales y estos son en cierta forma reemplazados por un espectáculo de luces y fantasía magistralmente interpretados danzantes mujeres y hombres. Entonces diría sin temor a equivocarme que eso le faltó al circo de los Hermanos Gasca, las mujeres. 


Claro que no es invento, si hay mujeres: las taquilleras, las que lo acomodan a uno cuando entra a la carpa, las que venden los souvenir, las que venden las golosinas, etc. y al final del espectáculo ellas son las mismas que hacen una exhibición de gimnasia, pero dentro del espectáculo solo dos: la prima Gasca y la tiguresa Africa.

En fin, el próximo año volveré al circo y espero ver nuevos números y más mujeres dentro de él.

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